A Ti, En El Silencio

Por Carlos Beraún Di Tolla

A ti, que bebes mis versos en silencio,
como quien roba gotas de rocío al amanecer,
que te nutres de mis palabras desde lejos,
temerosa de que tu voz pueda romper el hechizo.

A ti, que guardas las palabras
en el cofre sellado de tu garganta,
que construyes murallas de silencio
por miedo a que tu voz tiemble al nombrarme.

A ti, que te alejas como sombra al mediodía,
que escapas de mis ojos cual estrella fugaz,
que prefieres la seguridad de la distancia
antes que enfrentar el espejo de mi mirada.

A ti, que eliges el camino de la ausencia,
respeto tu derecho a no estar,
a no decir, a no acercarte,
a permanecer en los márgenes de mi universo.

A ti, que has definido tu existencia
con líneas trazadas en el agua del miedo,
que has dibujado fronteras invisibles
entre lo que eres y lo que podrías ser.

A ti, que has elegido la certeza
de una vida en tonos grises,
renunciando a los colores intensos
que aguardan del otro lado del valor.

A ti, que has escrito tu historia
con la tinta invisible de las dudas,
que has construido tu destino
sobre los cimientos del “quizás”.

Y aunque nunca escuche tu voz,
ni sienta el peso de tu presencia,
seguiré escribiendo estos versos
que llegarán a ti como hojas al viento.

Porque tu silencio también es una forma de estar,
tu ausencia también dibuja una silueta,
y tu temor, aunque te aleje,
te mantiene, paradójicamente, cerca de estos versos.

Así que lee, calla, huye si quieres…
Tu libertad es el único poema
que no necesita ser escrito,
ni leído, ni pronunciado en voz alta.

Y mientras defines tu vida
entre sombras y silencios,
aquí quedan mis versos,
eternos testigos de lo que
quisimos ser, y nunca fuimos.