Síndrome de Procusto: Cuando la Envidia se Convierte en una traba Laboral
Por:. Carlos Beraún Di Tolla
Enfrentando Actitudes Tóxicas para Promover un Ambiente Laboral Saludable y Productivo
El “Síndrome de Procusto” es una manifestación de la envidia que puede convertirse en un obstáculo real para el desarrollo y la innovación dentro de cualquier entorno laboral. Este fenómeno no solo afecta a los empleados más brillantes, sino que también puede ser responsable de la desaparición de iniciativas valiosas dentro de una organización, sumiendo todo el esfuerzo colectivo en el estancamiento de la mediocridad.
En este artículo, exploraremos cómo este síndrome se convierte en una traba para el progreso, especialmente en instituciones como universidades, donde los egos, las rivalidades y las inseguridades profesionales pueden ser más destructivos que en otros entornos laborales. A través de ejemplos reales, comprenderemos cómo el “Síndrome de Procusto” puede afectar el rendimiento de las organizaciones y qué medidas pueden tomarse para erradicarlo.
Más Allá de la Envidia: La Mediocridad
En muchos ambientes laborales, especialmente en el ámbito académico, los celos y la competitividad no solo son normales, sino que pueden volverse tóxicos. El mundo académico está lleno de individuos altamente calificados que poseen diferentes enfoques, estilos y perspectivas. Sin embargo, las diferencias de formación y las brechas culturales entre académicos a menudo crean un caldo de cultivo perfecto para el “Síndrome de Procusto”. En universidades como la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en Lima, este fenómeno es bastante común, dado que el ambiente académico está formado por profesionales con variadas trayectorias y puntos de vista (González, 2022).
A pesar de que los académicos son conocidos por su capacidad para analizar y debatir ideas, en ocasiones sus propios celos y actitudes defensivas pueden volverse un obstáculo para la colaboración efectiva. En algunas universidades peruanas, se observa que profesores con perfiles más conservadores o de formación más rígida intentan minimizar los logros de aquellos que proponen enfoques innovadores o que, simplemente, logran destacar por su desempeño académico (Mendoza, 2023).
El Síndrome de Procusto en la Práctica
El “Síndrome de Procusto” recibe su nombre de la mitología griega, donde Procusto era un bandido que, para ajustarse a un lecho de hierro, estiraba o recortaba a sus víctimas. En un entorno laboral, esto se traduce en la tendencia de algunas personas a querer “ajustar” a los demás a su propia visión o capacidad, minimizando o anulando la originalidad, el talento y la excelencia de quienes destacan.
En el contexto universitario, el fenómeno se presenta en varias formas: desde la discriminación de ideas y enfoques hasta la exclusión deliberada de aquellos que sobresalen. Un ejemplo claro de esto se da cuando un académico con una formación académica tradicional se siente amenazado por el enfoque contemporáneo de otro profesor. En lugar de colaborar, la persona afectada intenta minimizar la influencia de su colega, incluso recurriendo al boicot de sus proyectos o a la manipulación de información para desacreditarlo (Martínez, 2021).
Características de las Personas con el Síndrome de Procusto
Las personas que promueven un ambiente tóxico en el trabajo suelen tener características comunes que facilitan la identificación de este síndrome. Entre ellas destacan:
- Baja autoestima e inseguridad: La envidia se alimenta de la inseguridad, y en muchos casos, aquellas personas con el “Síndrome de Procusto” temen ser opacadas por otros más competentes. Esto puede llevarlos a adoptar comportamientos defensivos y destructivos hacia quienes sobresalen.
- Actitud defensiva: Ven cualquier éxito ajeno como una amenaza directa a su estatus, por lo que adoptan una postura agresiva para contrarrestarlo.
- Miedo al cambio: Las personas afectadas por este síndrome son reacias a adaptarse a nuevas ideas o enfoques. Prefieren mantenerse en su zona de confort, incluso cuando esta actitud puede obstaculizar el progreso.
- Actitudes dominantes: Buscan imponer sus ideas de forma autoritaria y a menudo hacen todo lo posible por desacreditar las opiniones de los demás.
- Juicios categóricos: Tienden a juzgar de forma inflexible y dura a quienes consideran competidores o amenazas, sin ofrecer una crítica constructiva.
En ciertos entornos univeristarios, estas características son evidentes cuando algunos académicos bloquean el ascenso de colegas más jovenes o mejor preparados con enfoques novedosos, percibiéndolos como una amenaza al status quo (Fernández, 2022). Este comportamiento no solo genera frustración, sino que también limita el potencial de toda la institución.
Cómo Afrontar el Síndrome de Procusto
Enfrentar a las personas afectadas por el “Síndrome de Procusto” no es tarea fácil, especialmente cuando su actitud toxica tiene un impacto negativo en la salud mental de quienes están siendo atacados. Es crucial estar atentos a los comportamientos de aquellos que constantemente critican sin fundamento, que buscan desacreditar los logros de otros y que manipulan la realidad para su propio beneficio. Algunas estrategias efectivas para combatir este síndrome incluyen:
- Promover una cultura de inclusión y respeto: La clave está en crear un ambiente donde se valore la diversidad de ideas y perspectivas. Las universidades deben trabajar activamente para fomentar la colaboración entre académicos con diferentes enfoques y formaciones.
- Fortalecer la comunicación abierta: Las instituciones académicas deben promover un espacio donde se puedan expresar opiniones y recibir críticas constructivas, sin temor a represalias.
- Reconocer y celebrar los logros individuales: En lugar de envidiar el éxito ajeno, es importante reconocer y valorar los logros de todos los miembros de la comunidad académica, lo cual fortalece el espíritu colaborativo.
Conclusión
El “Síndrome de Procusto” es un fenómeno real y dañino que puede afectar a cualquier organización, especialmente en el ámbito académico. Cuando los académicos caen en la trampa de la envidia, los celos y la competitividad destructiva, las instituciones pierden valiosas oportunidades de crecer e innovar. Combatir este síndrome requiere la creación de un entorno de trabajo saludable, donde la diversidad de pensamientos sea vista como un valor y donde se fomenten la colaboración y el respeto mutuo.
Referencias
Fernández, L. (2022). Rivalidades académicas en universidades peruanas: Un estudio sobre la competencia y la envidia entre profesores. Revista de Sociología de la Educación, 18(4), 45–58.
González, R. (2022). Las tensiones académicas en el sistema universitario de Lima: El desafío de la diversidad formativa. Editorial Académica Peruana.
Martínez, V. (2021). La mediocridad en las universidades: Cómo los egos frenan el progreso académico en el Perú. Revista Peruana de Psicología, 23(3), 112–130.
Mendoza, J. (2023). Cultura académica y competencias en las universidades peruanas: El caso de San Marcos y PUCP. Editorial Universidad Nacional Autónoma.